Ella
apreciaba la franqueza, el corazón abierto, el carácter impaciente antes que
nada. El calor y el entusiasmo aún la cautivaban. Ella sentía que podía confiar
mucho más en la sinceridad de aquellos que en alguna ocasión podían decir
alguna cosa descuidada o alguna ligereza, que en aquellos cuya presencia de
ánimo jamás sufría alteraciones, cuya lengua jamás se deslizaba.
-Persuasión. Jane Austen.-
¡Buenas! La cita me ha hecho echar mucho de menos a Jane Austen, y es que no he leído nada suyo este año (no entiendo cómo ha podido pasar esto), a ver si para vacaciones consigo un rato >.<
ResponderEliminarUn beso! ^^