Siempre he sabido que
algún día volvería a estas calles para contar la historia del hombre que perdió
el alma y el nombre entre las sombras de aquella Barcelona sumergida en el
turbio sueño de un tiempo de cenizas y silencio. Son páginas escritas con fuego
al amparo de la cuidad de los malditos, palabras grabadas en la memoria de
aquel que regresó de entre los muertos con una promesa clavada en el corazón y
el precio de una maldición. El telón se alza, el público se silencia y, antes
de que la sombra que habita sobre su destino descienda de la tramoya, un
reparto de espíritus blancos entra en escena con una comedia en los labios y
esa bendita inocencia de quien, creyendo que el tercer acto es el último, nos
viene a narrar un cuento de Navidad sin saber que, al pasar la última página,
la tinta de su aliento lo arrastrará lenta e inexorablemente al corazón de las
tinieblas.
Julián Carax, El Prisionero del Cielo.
-El Prisionero del Cielo. Carlos Ruiz Zafón.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola querido aventurero, recuerda dos cosas:
No hagas spoilers ni insultes a la gente porque borraré los comentarios.